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Bengt Aberg y Arne Kring: dos pilotos endemoniados

Después de su título mundial de 1969, el sueco Bengt Aberg estaba convencido de que conquistaría un nuevo título. A bordo de su Husqvarna parecía que nada podría detenerlo, pero 1970 resultó ser una temporada complicada. Su principal rival fue su compañero de equipo y vecino, Arne Kring.

Todo comenzó en el complejo circuito de Payerne, Suiza. Husqvarna arranco con todo, logrando un 1-2 a manos de Bengt Aberg y el belga Jef Teuwissen. La semana siguiente, ambos pilotos repetían los resultados en Sittendorf, Austria, lo que dejaba a Aberg con una buena ventaja por el campeonato.

Sin embargo, en las siguientes dos fechas, Aberg solo logró cosechar tres puntos y quedaba relegado al segundo puesto, por detrás de su amigo y vecino Arne Kring, que había cosechado dos victorias. La siguiente fecha se disputó en las arenas finlandesas de Tikkurila, donde Kring venció a Aberg, ampliando su ventaja por el campeonato. En Västeras, Suecia, los dos pilotos de Husqvarna lucharon codo a codo. Tan peleada era la competencia que ambos pilotos chocaron en el aire.

«Tuve que retirarme mientras Kring intentaba continuar con el manillar roto, lo que resultó ser imposible», contó Aberg. Un mes después en Holice, Checoslovaquia, Kring vuelve a imponerse. En Beuern, Alemania Occidental, se invierten los papeles, Aberg dominó la carrera y Kring terminó en el cuarto lugar. Solo 10 puntos separaban ahora a los «Jinetes del Infierno de Helsingland», como apodaban a los suecos por su ciudad de origen y su ritmo infernal.

En Bélgica, Kring sufrió un accidente que lo dejó fuera de competencia, lo que allano el terreno para que Aberg consiguiera su segundo campeonato mundial de 500cc en la última fecha en Ettelbruck, Luxemburgo.

Luego de este campeonato fue que Aberg saltó a la fama como el «Rey de la colina», gracias a la publicidad de uno de sus auspiciantes, las bujías Champion, que lo mostraban en pose desafiante con su Husqvarna en la cima de la colina.