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Desde Albino hasta el Cabo Norte, con el tanque lleno, fue el recorrido realizado por una Honda Monkey con un tanque de combustible especial realizado por Acerbis.
El libro de los Récord Guinness, ingresó esta proeza por ser la mayor distancia recorrida por un vehículo de combustión interna sin repostar. El proyecto se denominó AC50, por los 50 años de Acerbis en el mercado de repuestos de moto, accesorios y ropa para motociclistas.
La firma diseñó el tanque más grande posible para que sea soportado por la Monkey 125 de cuatro tiempos, que si es por espacio, no es el vehículo más idóneo, pero sí lo es por tener tan bajo consumo, lo que la hace tan famosa además de su tamaño. Acerbis colocó un depósito de 108 litros, y teniendo en cuenta que la Monkey hace 50 kilómetros con un litro, quedaron camino a romper el récord que era de menos de cuatro mil kilómetros, ya que 108 x 50 es 5400.
Más allá del peso extra, los cálculos daban para lograr sobradamente el récord, y también los detalles finales del tanque, que tenía que cumplimentar con la seguridad y las normas de los motovehículos para cicular, sin afectar al resto, y mucho menos al conductor.
Se hizo un modelo en arcilla, para luego encontrar el volumen ideal y pasar a construir uno de fibra de vidrio. En septiembre de 2022 se construyó el molde rotacional, en CNC a partir de bloques de aluminio y en enero de 2023, se armó el tanque más grande jamás construido y que puede lanzarse en serie, por lo que Acerbis espera ponerlo a la venta por poco más de mil euros.
Saliendo de la fábrica bergamasca, el trayecto que se completó es de 4.183,8 kilómetros, saliendo de Albino, pasando por Paso del Brennero a Austria, para luego transitar Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Noruega, concluyendo en Cabo Norte. Los pilotos encargados de conducir fueron Andrea Rastrelli, Alicia Sornosa y Maurizio Vettor. Ellos condujeron en modo conservador, a un promedio de 70 km/h para ahorrar combustible y anotarse en el libro de los Guinness.
Guido Acerbis, CEO de la empresa, destacó: «De chico admiraba el libro Guinness World Records que me habían regalado mis abuelos y soñaba con poder entrar en él. Hoy, gracias a un equipo decidido y motivado, el sueño se ha hecho realidad. Gracias a todos los que lo hicieron posible, que son muchos».